jueves, 21 de noviembre de 2013

Inauguración curso 2013-14 en la UNED de Berna




El martes asistí a la apertura del curso académico 2013-14 en el centro asociado de la UNED en Berna.

El evento empezaba a las 19:30 h., así que calculé el tiempo para llegar desde casa, con tiempo de sobra para buscar el sitio donde se celebraba.

Tenía que coger el tren de las 17:59 para llegar a Berna sobre las 19:00 h. Así que, allí estaba yo a las 17:45 con mi billete de ida y vuelta comprado, esperando el tren. Y lo que no sabía en ese momento es que llegar a Berna iba a ser una pequeña aventura, aunque al estilo suizo, evidentemente.

La revisora estaba cerca de mí en el andén, y pude comprobar que empezaba a ponerse nerviosa sobre las 17:54 porque el tren no llegaba (imagino que suele trabajar en ese tren habitualmente y conoce la frecuencia del mismo). Hizo una llamada con el móvil, y empezó a decirnos a los que estábamos cerca  que nos fuéramos al andén 7 e hiciéramos trasbordo en Olten, que nuestro tren había sufrido una avería técnica y no iba a llegar. En seguida también lo empezaron a decir por megafonía.

Así que eso hicimos. El tren de la vía 7 salía a las 18:04, con lo cual llevábamos retraso, cosa muy importante para los suizos, acostumbrados siempre a que todo sea puntual.

El tren salió a su hora, y cuando llegamos a Olten en la megafonía del tren nos dijeron que fuéramos a la vía 11, que allí nos estaba esperando el tren que nos llevaría a Berna. Y así fue.

Cuando el tren arrancó, una amable señorita pidió disculpas por megafonía por el retraso que llevábamos (se estimaba que llegaríamos 13 minutos tarde). Cuando el tren llegó a Berna, la misma amable señorita volvió a disculparse y nos comunicó que sólo habíamos tenido un retraso de 12 minutos. Repito: la puntualidad es muy importante para los suizos.

En la estación de Berna me equivoqué de salida, pregunté a una mujer que estaba desatando la bici en el parking de la estación (había 5º de temperatura y llovía, pero lo de la bici aquí es alucinante) y me señaló cómo llegar a Theaterplatz (plaza del teatro).

Tenía que pasar por la Bundesplatz (algo así como la plaza del Congreso), y cuál fue mi sorpresa, cuando al llegar a la entrada de la plaza me encontré el acceso bloqueado por un montón de gente que estaba mirando algo.

Al intentar atravesar el gentío descubrí lo que estaban mirando. Había un espectáculo de luz y sonido que proyectaba imágenes sobre el edificio del “Bundes” o Congreso.

No podía pararme a mirar porque llegaba con el tiempo justo al evento de la UNED, pero lo que pude ver mientras atravesaba la plaza era precioso. Había un castillo de los cuentos de princesas, y luego una especie de montañas, muy bonito.

Trasteando por la web, he descubierto lo que era. Se trata de un espectáculo que se llama “Rendez-vous Bundesplatz” y tiene lugar todos los días desde el 18 de octubre hasta el 1 de diciembre de 7 a 8:30 de la tarde.

Al final llegué justita de tiempo a Theaterplatz, 7, y allí estaba la directora del centro asociado de la UNED en Berna, Judith Vega, saludando personalmente a los que íbamos llegando.

En la mesa presidencial se sentaron  la directora, el Vicerrector de Centros, el embajador de España en Suiza y un alumno que se acababa de licenciar en Filología inglesa.


Fue éste el primero en hablar, y luego lo hizo la directora, que impartió una estupenda lección inaugural titulada "El camino de Santiago y la iconografía del patrón de los peregrinos en tierras helvéticas". Me encantó. Hay un montón de vestigios de Santiago en Suiza, no sólo por las ciudades y pueblos por donde pasaba la ruta jacobea, sino por todo el país. Alguno que hay por Basel ya me lo he apuntado para ir a verlo.


Después habló el embajador, y luego el Vicerrector. Inauguramos solemnemente el curso, y nos fuimos a la sala contigua donde nos esperaba un “aperitivo” muy rico.


Y un rato después me fui para mi casa, esta vez sin aventuras con los trenes. Y como cosa curiosa, el tren paró  en Olten y un chico subió  y se sentó enfrente de mí. Llevaba algo del tamaño de una maleta de cabina, pero mucho más estrecho dentro de una funda.

Al llegar a la estación de Basel cogió el mismo autobús que yo, y se bajó, curiosamente, en la misma parada que yo. Mientras yo esperaba otro autobús, él sacó de la funda una bicicleta plegable de la marca "Brompton", hizo clac-clac, dobló cuidadosamente la funda hasta dejarla del tamaño de un monedero, la colgó del sillín, se montó y se fue. Como podéis suponer, seguía haciendo frío y seguía lloviendo.

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