martes, 10 de diciembre de 2013

Haciendo turrón de chocolate en Suiza




Esta es una de las dos tabletas de turrón de chocolate con arroz inflado que  Marina ha llevado esta mañana a clase. Y según cuenta, ha volado en un santiamén.

En la clase de Marina hacen proyectos variados a lo largo del año. El anterior trató el tema de los dinosaurios. En el de ahora están aprendiendo a leer un plano de la ciudad (aquí lo de saber orientarse es muy importante, por el tema de las montañas, y lo aprenden desde muy pequeños). Una de las actividades realizadas la semana pasada consistió en un día de excursiones, por la mañana a una iglesia y por la tarde al Münster (catedral). El objetivo era que vieran desde lo alto de las torres lo que están aprendiendo a localizar en el plano.  


Y cómo no, dada la época en la que estamos, también están con el proyecto de Navidad. En la clase hay niños de diferentes nacionalidades, y cada día le toca a uno llevar algo relacionado con la Navidad. Puede ser un cuento, un villancico, alguna comida… Lo que se les ocurra. Y puede tener o no relación con su país de origen. Algunos han llevado cuentos navideños italianos; otros, pasteles de manzana de Turquía. Y nosotros hemos llevado turrón de chocolate con arroz inflado, el típico que comen los niños españoles en Navidad. Y los no tan niños, para qué negarlo.

Y según cuenta Marina ha gustado mucho. Nosotros nos hemos divertido mucho haciéndolo.


Tres en Suiza

domingo, 8 de diciembre de 2013

San Nicolás en Basel




En Basel estamos en plena época navideña desde hace unos días. Como en muchos otros sitios, se han encendido las luces de Navidad y los mercadillos navideños están abiertos. Y en las “Bäckerei” (panaderías) de la ciudad se pueden comprar los típicos “Grittibänzen” (hombrecillos de brioche), o “Grättimaa” (en alemán-suizo) que según me han contado son típicos de la Alsacia, y como Basel está al lado, pues lo han adoptado como dulce navideño. Los Grättimaa se comen el día de San Nicolás, que es el 6 de diciembre.  

Nosotros no hemos podido esperar y ya los habíamos probado con pepitas de chocolate, y están buenísimos.

Según la tradición, Sant Nikolaus (“Samichlaus” en alemán-suizo) tiene un libro donde pone cómo se han portado los niños durante todo el año. A los que han sido buenos les da frutos secos, mandarinas y un Grättimaa. 


Y a los que han sido malos, su ayudante, el Smutzli los mete en un saco. En Holanda, además de meterlos en un saco se los lleva a España.

¿Y por qué a España? Pues porque se supone que el santo viene a estos lares desde España (San Nicolás es conocido en el santoral como San Nicolás de Bari, ciudad italiana que en el s. XVI formaba parte del reino de Nápoles, el cual pertenecía en aquella época a la Corona Española).

Sant Nikolaus y Smuztli llegaron el viernes a la esquina de casa. Bajamos a saludarles. Si podía ser sólo queríamos hablar con Sant Nikolaus, pues Smutzli asustaba un poquito.

Había que acercarse al santo y cantarle una cancioncilla navideña:

Sammi Niggi Näggi,
hintäräm Offä stäggi,
gimmär Nuss und Birrä,
dänn chummi wiedär fürrä!



Respetamos la petición de anonimato de quien nos cantó la canción.

Traducido significa algo así como:

¡Santi niki, naki,
estoy detrás del fogón
dame nuez y peras
y luego vete afuera!

Los niños la aprenden en el Kindergarten  (guardería), pero ni Marina ni yo hemos pasado por la Kindergarten suiza, y la vecina que venía con nosotras hace tiempo que dejó la Kindergarten atrás, y no recordaba la canción. Aun así, Sant Nikolaus ha sido benevolente, y nos ha dado dos regalitos a cada una de las tres: un saco lleno de cacahuetes, nueces, una mandarina y chocolatinas de varios tipos de la marca Cailler (muy famosa en Suiza), y un Grättimaa.


Prometemos practicar para cantar la estrofa el año que viene como Dios manda.

Tres en Suiza

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Charla de bienvenida a Basilea



El departamento de Integración de Basel-Stadt organiza periódicamente un evento en el que se da la bienvenida a los recién llegados a la ciudad de Basilea. Se realizan varios a lo largo del año en diferentes idiomas.

El lunes de la semana pasada estuvimos en uno de ellos: una recepción-crucero.

La primera parte, la de la recepción, consistió en una charla en español que tuvo lugar en el salón de plenos del Ayuntamiento. Una sala preciosa, como podéis ver en las fotos.


La charla se traducía al italiano, el francés y el portugués. La recepción estuvo dirigida por Nicole von Jacobs, la directora del Departamento de Integración de Basel-Stadt.


A lo largo de una hora fueron presentándose y dándonos la bienvenida, sucesivamente, Eva Herzog (Consejera del Gobierno de Basel-Stadt), Pascal Seiler (departamento de Finanzas), Anna Rhonheimer (departamento de Relaciones Laborales), André Pache (departamento de Inmigración), Silvia Bollhalder (departamento de Educación), y Marielle Rutquist (departamento de Integración).


El último en hablar fue Roberto Marti, uno de los asesores que trabajan en el Departamento de Integración. Hijo de españoles emigrados  a Suiza, contó la experiencia de sus padres y la suya propia, destacando la importancia de aprender alemán y el gran nivel educativo existente en el cantón, así como las posibilidades de trabajo que hay.


La segunda parte, el crucero, tuvo lugar, como podéis suponer en un barco. Tenía dos plantas, y en ellas estaban todas las personas que anteriormente nos habían dado la bienvenida, cada una en un stand, resolviendo en español todas las dudas que pudiéramos tener sobre los temas en que cada uno de ellos era experto. Por supuesto, había suficientes folletos, hojas explicativas, mapas, y demás para que ninguna duda se quedara sin resolver. Mientras, se ofreció un aperitivo con bebida y comida gratuita, y durante la hora que duró el crucero por el Rin, dos músicos amenizaron el paseo.


La verdad es que leyendo la carta en la que te invitan a la charla no deduces lo alucinante que es. Sabía cómo estaba todo organizado porque gente que había asistido a alguna de estas charlas me lo había contado. Creo que es de agradecer que durante dos horas personas que ocupan altos cargos en el Gobierno cantonal estén dispuestos a resolver las dudas (muchísimas) de unos inmigrantes recién llegados a la ciudad sobre todo tipo de temas: trabajo, convalidación del carnet de conducir, permiso de residencia, escolarización, aprendizaje de alemán, rutas turísticas, impuestos,…

Cuando emigras a otro país, todo es un mundo. No sólo no dominas la lengua, es que no dominas nada: ni el sistema educativo, ni el tema de los impuestos que aparecen en tu nómina, ni el de los seguros médicos, ni el de las propinas, ni el de los transportes… Todo es diferente.

Y se agradece que te lo hagan más fácil. Salí del barco con dos bolsas llenas de papeles con direcciones, teléfonos y nombres, todos ellos muy importantes. Estoy segura de que los utilizaré.

Marina y Mapi
Tres en Suiza

viernes, 22 de noviembre de 2013

Los peajes en Suiza







Si quieres circular por Suiza con tu coche tienes que comprar una “pegatina” denominada “vignette”. 

Es como si pagaras un peaje al entrar en el país, y ya no tienes que pagar más en un año. La pegas en el cristal como la pegatina de la ITV, y ya está.

¿Precio? Desde 1995 el precio no ha variado: cuesta 40 CHF (32,54 € al cambio).  Pero quieren aumentar su precio a 100 CHF anuales (81,34 €). Según cuentan los defensores del aumento, el importe de la “vignette” va a ir íntegro al mantenimiento y ampliación de la red de carreteras suiza.

Y como todo en este país, es el pueblo el que votará si quiere que se aumente el precio o no. Será el domingo 24 de noviembre de 2013.

Si se piensa bien, 100 CHF por circular por prácticamente toda Suiza durante un año no es un precio desorbitado, si se compara con el precio de los peajes en España. O con el precio de un viaje en tren de ida y vuelta de Basel a Berna, por ejemplo: 78 CHF.

Yo estoy impaciente por saber el resultado de la votación.

¿Creéis que ganarán los que quieren aumentar el precio, o creéis que los suizos no estarán dispuestos a pagar 60 CHF más?