A nosotros la fiesta de San Juan o Sant Joan nos gusta especialmente. Todos los años que estuvimos en Barcelona bajamos a la playa a quemar unas maderillas, pensamos un deseo, saltamos sobre los rescoldos y los más osados (padre e hija) metieron los pies en el agua.
El año pasado nos quedamos con ganas de celebrarlo, pero este año nos hemos desquitado.
El Centre Català de Basilea organizó el sábado una "revetlla de Sant Joan" en plena Selva Negra.
Una de las socias tiene una casa en pleno bosque, y nos prestó la explanada que hay alrededor para poder organizarlo todo: cena-grill y hoguera.
Cuando cayó la noche encendimos el fuego, y como siempre, fue algo mágico. Allí estábamos todos, pequeños y grandes, sentados alrededor de la hoguera mirando el caprichoso baile del fuego y oyendo crepitar la madera.
Como la hoguera era bastante grande, y lo de saltar por encima difícil, muchos apuntaron en un papel las cosas malas del año y lo quemaron.
¡Bienvenido sea el verano!
Tres en Suiza.
