viernes, 27 de marzo de 2015

Calçotada en Basel 2015


Al igual que el año pasado, este también hemos comido calçots en Suiza. Y estaban riquísimos. Y la salsa romesco ni os cuento.


Este año nos juntamos en la cabaña de Pratteln 80 adultos y 20 niños para disfrutar de 1000 calçots.


El día no fue tan bueno como el del año pasado, pero no llovió, así que pudimos disfrutar de calçots y barbacoa sin problema.

Tres en Suiza

sábado, 21 de marzo de 2015

Cumpleaños en Basel


Uno de nosotros ha cumplido esta semana años. Es ya el tercer cumpleaños que celebra en Basel, y la peque y yo hicimos esta estupenda tarta de manzana para la ocasión.

Aquí os dejo la receta, por si queréis hacerla.

Para degustarla podéis ponerle nata montada, nata ácida, doppelrahm, crème de Gruyère,... O no ponerle nada, como hizo el cumpleañero.

Tres en Suiza

jueves, 12 de marzo de 2015

El lagarto viajero


Después de una temporada bastante ajetreada, estamos otra vez por aquí.
La semana pasada hubo un lagarto que se hizo muy famoso en Suiza. Es un gecko, que no sólo ocupó la portada del periódico 20 minutos o del Aargau Zeitung, sino que salió también en la tele. Eso sí, para entender lo que dicen en el programa tenéis que dominar el dialecto suizo de Aargau. Avisados quedáis.

Como alguno de vosotros no dominará este dialecto suizo, os cuento a grandes rasgos lo que cuentan. Una joven de 18 años compró en un supermercado suizo llamado Migros un paquete de acelgas (Mangold en alemán y Krautstiel en suizoalemán). Y cuando llegó a su casa descubrió que en el paquete había algo más: un pequeño gecko.
¿Y eso qué es? Pues un tipo de lagarto, y este en concreto, según los expertos del zoo de Zürich, es una especie mediterránea (lagarto de pared, según lo han llamado) y no suiza. Resulta que el lagarto estaba en España tan feliz en su hoja de acelga cuando la cortaron, la empaquetaron y la embolsaron. Y para Suiza que mandaron al gecko con la acelga. Suponen que el pobre animal estaba hibernando.

Yo cuando era pequeña siempre andaba cogiendo todo bicho que se ponía a mi alcance. Pero reconozco que no todas las niñas (ni los niños, para qué vamos a decir otra cosa) eran igual que yo. Incluso ahora a veces, cuando estoy en España tengo algún encontronazo con algunas personas ya adultas cuando quieren matar algún insecto o pequeño reptil que se cuela en casa. Así que no quiero ni pensar lo que le habría pasado al pobre gecko si lo hubieran encontrado en esas casas.
Por suerte, en Suiza son bastante tolerantes con los animales y la naturaleza en general. Y se han preocupado de buscarle un hueco en el hogar.

¡Pero si es un lagarto!, dirán algunos. Pues sí, pero este lagarto ha acaparado la atención de muchos de los que vivimos en Suiza. Hasta se abrió una página para que la gente aportara ideas para darle un nombre y se recibieron 2000 posibles nombres para el gecko.

Y para el supermercado ha sido una publicidad buenísima, pues si la fruta que venden le gusta a los insectos y reptiles, es que es de primera calidad. Y yo creo que razón no les falta. A los tomates sin sabor que parecen de plástico no se acerca ningún bicho, seguro.

Por cierto, el gecko se llama Don Migrolino.

Tres en Suiza