sábado, 23 de agosto de 2014

El primer tomate de la temporada


Pues a pesar de que alguien nos dijo en el mes de julio que no tendríamos tomates porque el tiempo en Suiza no estaba siendo muy veraniego, "habemus tomates".


Hace un par de semanas nos comimos el primer tomate de la temporada. Y estaba buenísimo.


Hace un par de días nos comimos el segundo, y estamos a la espera de que vayan madurando también los cherry.

Allá por finales de febrero plantamos semillas de tomates cherry de diversos tipos y colores, y perdimos las etiquetas que los identificaban, así que hasta que no maduren, no sabremos cuáles son los que han salido.


¡Ya os contaremos!

Tres en Suiza

domingo, 17 de agosto de 2014

Vuelta a la rutina


La semana pasada leí en una revista un artículo en el que el autor comparaba la vuelta de las vacaciones de verano con los propósitos de Año Nuevo. Yo, la verdad, siempre he pensado en empezar cosas nuevas en septiembre, con la vuelta a la rutina. El 1 de enero no ha sido nunca mi fecha para hacer algo nuevo.

Y en Suiza la vuelta a la normalidad, sobre todo si tienes niños, empieza un poquito antes que en España.


Mañana la peque vuelve al cole, y este curso madruga más que el anterior. Serán las 6:30 h. cuando suene el despertador (no, no me equivocado, la hora es correcta). Tres días con clase por la tarde en vez de dos, nuevos profesores y nuevas actividades.

Como es costumbre en Suiza, comeremos a las 12:00;  y este año habrá que cenar como muy tarde a las 19:30 h. para así poder acostarse pronto, pues de lo contrario el madrugón no le sentará bien a la pobre.

Cuando en las vacaciones contaba a amigos y familiares en España la hora a la que empieza el cole este año, todo el mundo me decía lo mismo: "¡Están locos estos suizos!"
Y cuando aquí cuento la hora a la que empezaba el cole en España (9:00 h.), siempre me dicen lo mismo: "¡Pero eso es muy tarde!"

El curso pasado comparé las horas que Marina tenía clase efectiva en Barcelona con las que tenía clase en Basel. Resultado: las mismas. Diferente distribución horaria, pero igual número de horas lectivas semanales. En Barcelona tenía clase todos los días de 9:00 a 12:30 h y de 15:00 a 16:30 h. En Basel todos los días de 7:50 a 12:00 h y dos días a la semana de 14:00 a 16:30 h. Es decir, 3 tardes libres más en Basel que en Barcelona.


Cuando comento esto en España, siempre me preguntan: "¿Y cómo se las apañan los padres en Suiza?"
Muy fácil: aquí con un sueldo se puede vivir perfectamente (en la mayoría de los casos, nunca se puede generalizar). La madre suele estar en casa hasta que los niños ya son un poco grandes (el cole empieza a los 7 años, aunque antes se les puede llevar unas horas por la mañana al Kindergarten o guardería). O si quiere trabajar mientras los niños son pequeños, puede trabajar parcialmente, existen jornadas de un 20%, 30%, 40%, etc. de lo que sería una jornada semanal normal, por ejemplo.

Si trabajan los dos padres al 100%, existe un servicio de comedor. Pero el comedor no está en el cole, el niño tiene que ir hasta donde esté el robi-spiel que ofrece el servicio de comida, y luego se pueden quedar allí jugando si quieren, aunque sólo estarán vigilados de 12:00 a 14:00 h, es decir, en el horario de comida. Si después el niño decide irse a jugar al parque de al lado o cogerse un autobús para irse a casa de un amigo que vive tres manzanas más allá, es libre de hacerlo. El precio diario del comedor es de 13.50 CHF (10.80 €).

Y a partir de la semana que viene empiezan también nuestras nuevas clases de alemán, una nueva clase de conversación, empezaremos a hacer yoga, a ver qué tal se nos dan las clases de coro y haremos las pruebas para entrar en las clases de circo.



Vamos, que no esperaremos a enero del año que viene para hacer nuevas cosas.
Por cierto, la foto de arriba es de los Alpes vistos desde el avión. ¡Una pasada!

Tres en Suiza



jueves, 7 de agosto de 2014

Basel Tattoo verano 2014


Llevamos un verano un tanto raro en cuanto a clima se refiere. Durante unos días sale el Sol y estamos a unos 35ºC, y luego tenemos otros cuantos días de nubes y lluvia con temperaturas que rondan los 20ºC. Y así desde principios de junio.


Así que a ratos estamos con sandalias y a ratos con las botas de agua. Vamos, que aquí lo de hacer el cambio de armario es relativo. Se pueden guardar los jerseis gordos y los pantalones de pana, pero el chubasquero y los zapatos cerrados se pueden dejar a mano porque se acabarán usando.

Me han dicho que esto es un verano normal en Suiza.

Eso sí, aquí la lluvia no para a nada ni a nadie. La gente sigue yendo en bicicleta al trabajo o a hacer la compra, hacen conciertos al aire libre, las actividades infantiles organizadas en los parques por el cantón se llevan a cabo... Y cada vez que sale un rayito de Sol, los parques se llenan de gente que hace barbacoas ("grillen" en alemán o "grillieren" en suizo). Da igual que el cielo amenace lluvia, y que de repente empiece a chispear, los suizos no perdonan la barbacoa. Y no sólo asan carne, como suele hacerse en España, aquí la verdura tiene siempre un hueco en la parrilla, y el pescado a veces también. Y siempre hay alguna salsa para acompañar la comida asada.


Nosotros todavía no hemos hecho ninguna barbacoa, pero sí hemos intentado adaptarnos a lo de salir con el chubasquero sin que importe mucho si está lloviendo.


En julio fuimos a la Basel Tattoo, unos conciertos de bandas de música militares. Vienen bandas de todos los países o regiones (Escocia, Rusia, Singapur, ...) No sólo tocan, sino que hacen coreografías, bien banda por banda, bien en grupo, varias bandas a la vez.

Se organizan dos veces al año: en julio y en diciembre. Y aparte de los conciertos, para los que hay que comprar entrada, hacen algunos desfiles gratuitos por la calle o en algún parque. La Parade de julio es muy famosa, y el año pasado la vieron 100.000 personas.

Un fin de semana tocaron en Lange Erlen, un zoo gratuito que hay en Basel.


Y hasta allí nos fuimos los 3 con dos primas de Marina que estaban pasando unos días de vacaciones con nosotros en Suiza. Nos pusimos los chubasqueros y las botas de agua y para allá que nos fuimos.


Cuando llegamos estaba muy nublado, pero no llovía. Al rato empezó a diluviar, y las primas, que no llevaban calzado para lluvia, empezaron a sentir los pies un poquito mojados, así que nos tuvimos que volver a casa y no pudimos ver mucho, pero lo que vimos nos encantó. Os dejo un vídeo que grabamos.


En verano los conciertos siempre son al aire libre, llueva, nieve o granice. Y a pesar de que llevan instrumentos y éstos se pueden mojar no les importa, siguen con la organización prevista.
Para muestra, este vídeo que grabamos: los gaiteros escoceses llegan, empieza a caer agua con fuerza, la gente saca los paraguas y los chubasqueros para protegerse, pero ellos ni se inmutan. Siguen tocando como si nada debajo del aguacero. ¡Me encanta!


Tres en Suiza.