domingo, 8 de diciembre de 2013

San Nicolás en Basel




En Basel estamos en plena época navideña desde hace unos días. Como en muchos otros sitios, se han encendido las luces de Navidad y los mercadillos navideños están abiertos. Y en las “Bäckerei” (panaderías) de la ciudad se pueden comprar los típicos “Grittibänzen” (hombrecillos de brioche), o “Grättimaa” (en alemán-suizo) que según me han contado son típicos de la Alsacia, y como Basel está al lado, pues lo han adoptado como dulce navideño. Los Grättimaa se comen el día de San Nicolás, que es el 6 de diciembre.  

Nosotros no hemos podido esperar y ya los habíamos probado con pepitas de chocolate, y están buenísimos.

Según la tradición, Sant Nikolaus (“Samichlaus” en alemán-suizo) tiene un libro donde pone cómo se han portado los niños durante todo el año. A los que han sido buenos les da frutos secos, mandarinas y un Grättimaa. 


Y a los que han sido malos, su ayudante, el Smutzli los mete en un saco. En Holanda, además de meterlos en un saco se los lleva a España.

¿Y por qué a España? Pues porque se supone que el santo viene a estos lares desde España (San Nicolás es conocido en el santoral como San Nicolás de Bari, ciudad italiana que en el s. XVI formaba parte del reino de Nápoles, el cual pertenecía en aquella época a la Corona Española).

Sant Nikolaus y Smuztli llegaron el viernes a la esquina de casa. Bajamos a saludarles. Si podía ser sólo queríamos hablar con Sant Nikolaus, pues Smutzli asustaba un poquito.

Había que acercarse al santo y cantarle una cancioncilla navideña:

Sammi Niggi Näggi,
hintäräm Offä stäggi,
gimmär Nuss und Birrä,
dänn chummi wiedär fürrä!



Respetamos la petición de anonimato de quien nos cantó la canción.

Traducido significa algo así como:

¡Santi niki, naki,
estoy detrás del fogón
dame nuez y peras
y luego vete afuera!

Los niños la aprenden en el Kindergarten  (guardería), pero ni Marina ni yo hemos pasado por la Kindergarten suiza, y la vecina que venía con nosotras hace tiempo que dejó la Kindergarten atrás, y no recordaba la canción. Aun así, Sant Nikolaus ha sido benevolente, y nos ha dado dos regalitos a cada una de las tres: un saco lleno de cacahuetes, nueces, una mandarina y chocolatinas de varios tipos de la marca Cailler (muy famosa en Suiza), y un Grättimaa.


Prometemos practicar para cantar la estrofa el año que viene como Dios manda.

Tres en Suiza

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