domingo, 9 de noviembre de 2014

De vacaciones en el Bodensee: Meersburg


Os seguimos contando lo que hicimos en el Bodensee. En la parte del lago opuesta a Konstanz está Meersburg, un pueblo con una parte antigua medieval que merece la pena visitar.


Decidimos coger un ferry de Konstanz a Meersburg, y así nos dábamos otra vuelta por el Bodensee.


Antes de ir no sabíamos que justo ese día empezaba una feria a caballo entre el medievo y la época moderna en el pueblo. Y nos lo pasamos estupendamente.


Los habitantes del pueblo se había disfrazado e hicieron un desfile por el recinto de la feria. 


Había reyes europeos,

reyes árabes,

damas y caballeros,


bufones,


e incluso algún leproso.


El desfile estaba amenizado por una banda de gaitas, violines y bandurrias.


Y habían contratado a la banda de tambores de San Gimignano.


Mientras sonaban los tambores, hicieron un espectáculo con banderas;


y luego unas bailarinas representaron varias danzas medievales que nos encantaron.


En la feria había un montón de actividades para que los más pequeños no se aburrieran. Jesús y Marina participaron en una de ellas. A ver si con la foto adivináis en qué consistía.


¿Queréis que os demos alguna pista? En la foto vemos unos troncos con un agujero en el centro, y lo que hay en ese agujero son huevos cocidos pintados de colores. ¿Y para qué?, os preguntaréis. Os dejamos otra foto, a ver si lográis adivinarlo.


¿Sabéis ya en qué consiste el juego? Os lo contamos: había que lanzar las bolas de metal que se ven en la foto de arriba, intentando espachurrar los huevos. Para los niños los troncos estaban cerca, pero los adultos lo tenían un poquito más difícil. Aunque hemos de decir que Jesús y Marina acertaron un montón de veces.


Los troncos de la foto de arriba eran los de Marina, los de Jesús estaban muy lejos. ¿El premio? Unas chuches y unas piedras de colores muy bonitas.



Después nos fuimos a ver cómo luchaban el rey Francisco I de Francia y el Pascha Pargali Ibrahim.


Nos enseñaron también una lucha con dagas entre una dama y el rey Francisco.


Y, por supuesto, había un montón de puestos de venta de muchísimas cosas.


En Meersburg hay dos palacios, uno es más antiguo


y el otro más moderno.



Desde la explanada de este palacio se tienen unas vistas del lago impresionantes.


La parte antigua del pueblo, como ya os hemos comentado, merece una visita, pues se encuentran rincones muy bonitos.


No os hemos contado que en el ferry es muy normal que suban coches y autobuses. Y descubrimos que también suben tractores con remolques cargados de uva.


En fin, que nos gustó mucho la visita a Meersburg.

Tres en Suiza

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