Los Reyes Magos han venido a Suiza, y entre otras cosas nos
han dejado esta preciosa ovejita, que lleva en brazos de Marina prácticamente
todo el día.
En Basel hoy no era festivo, así que ha sido día de trabajo
y de colegio. Y también hemos comprado el Roscón de Reyes que hacen en Suiza,
el “Dreikönigskuchen”. Bueno, para ser exactos, hemos comprado dos, uno con
trocitos de chocolate (derecha) y otro con pasas (izquierda).
Cuando vivíamos en Madrid siempre lo comprábamos en la Tahona de San Onofre. Estaba al lado de casa y no nos importaba hacer la larga
cola que se formaba. Daba igual que lo hubieras encargado, tenías que esperar
de todos modos, pues venía gente de todo Madrid y alrededores a comprarlo. Por
supuesto, siempre era de nata.
Cuando vivíamos en Barcelona lo comprábamos en un horno que
había al lado de casa, Teixidó. Siempre hacíamos votación para ver si lo
comprábamos de nata o de trufa, y siempre eran dos votos contra uno, y ganaba
el de nata. El más típico en Cataluña es el de mazapán, pero ese no nos gustaba
demasiado.
En Suiza el roscón no tiene forma de roscón, como podéis ver
en las fotos, y no está relleno de nata ni de trufa. La masa es la de un
brioche o suizo, y le añaden antes de cocerlo pasas, o pepitas de chocolate o
simplemente le ponen almendra. Va acompañado de una corona de papel, como en
España, y dentro tiene una figurita, no
hay haba.
Marina ha encontrado la figurita en el roscón de pepitas de
chocolate y Jesús la del roscón de pasas. Espero que a mí me toque el año que
viene.
Lo hemos acompañado con chocolate a la taza. No ha sido como
el roscón al que estamos acostumbrados, pero hemos tenido una merienda
estupenda.
Tres en Suiza
No hay comentarios:
Publicar un comentario